LAS CACERÍAS DE DONATELLA – capítulo 39 –
Por: Débora Arango
Más de cuatro paredes fueron testigos de la inexplicable seducción que sentíamos al momento de amarnos, nuestros cuerpos se bañaron del más dulce y exquisito caramelo llamado sudor, al mismo tiempo recibí más de cuatrocientos cincuenta y ocho aperitivos de penetración y más de doscientos treinta y seis pruebas de su extenuante bombón en mi boca, la libélula, nuestro animal favorito se hizo partícipe en nuestro teatro de amor una, dos y más de siete veces.
Un espejo tocó mis senos, sintió mi aliento y vio como mi noble caballero inyectaba dentro de mi incasto cuerpo aquella droga peligrosa; mis gemidos cobraban más y más fuerza, cuando unas de sus holgadas manos tocaba mis corpulentos senos, mientras la otra bajaba como un mentecato buscando el húmedo refugio, que al mismo tiempo pedía a gritos ser encontrado y hurgado, porque el otro albergue estaba atareado atendiendo al juguetón bombón.
Nuestras delicadas y sucias palabras no se hacían esperar, mientras mi caballero exclamaba – Mi bella y preciosa diosa, deliciosa como una perra y hermosa como una rosa – al mismo tiempo le cuestionaba – ¿Cómo quieres que sea?, ¿Cómo tu rosa e inocente zorrita? o ¿Cómo tu cortesana putica? – el me respondía – Solo quiero el amor de mi dulcinea ramea – cuando expresábamos todo lo que sentíamos, notaba que mi noble caballero tomaba y jalaba de mi cabello con gran vigor, además, sentía que sus penetraciones eran cada vez más fuertes y cautivadoramente dolorosas.
Todo esto era deleitantemente álgico, nos habíamos convertido en unos longánimos pornófilos e inocentes voyeristas con un gran toque sadista; nuestro acto de amor duró más de las exageradas doce horas e igualmente aseguraría que todos mis vacíos que poseo en mi cuerpo fueron violados con permiso.
Después de culminar dicho episodio, en nuestro aposento y cuerpos se logró percibir aquel olor; el olor del amor y casi medio conformes de lo sucedido, decidimos comenzar con el jugueteo en la alcahueta ducha, ahora otra perfeccionada y nueva aventura estaba por iniciar…