Observar el mundo desde una distancia que solo pueden alcanzar los astronautas y los pintores, donde el color es una excusa para acariciar mitologías y transformarlas en una nueva leyenda. Eso es justamente lo que caractiza a la obra de Sr. Salme, un creador capaz de armar piezas que ignoran el puzzle y aman romper la realidad a trazos, evidenciando una historia escrita entre líneas, que se alimenta del espectador y lo contiene. Sus ilustraciones te hacen amar la gravedad cero y las paredes acolchadas de ciertas cabinas espaciales. Te hacen pensar en el hogar como un viaje y te devuelven a la piel donde habita la sombra de lo que pudimos ser si fuéramos ellos, los héroes anónimos del mejor de los cómics. Y es que lo secundario importa tanto como el primer plano, las texturas nos hablan y nosotros debemos prestar atención a su trabajo que se levanta a base de tiempo y reflexión sobre lo insólito. Este ilustrador malagueño consigue despertarnos el hambre por la humanidad de lo ingrávido. Los sentimientos de sus obras laten tan fuerte que habría que estar sordo para no escuchar la música que emiten. Descubrirle es despertar a una orquesta que va evidenciar sus mejores notas ante nosotros. Elegid una obra suya, miradla fijamente y no temáis si el suelo parece lejos, volar es parte de la magia de su trazo. Disfruten del viaje.
